Uno de los secretos que ha eludido a los investigadores y egiptólogos es el asociado a las dimensiones de los templos egipcios los cuales encierran en sí números irracionales, como fi Φ y pi π, lo que a los ojos de los “expertos” parece una contradicción ya que se asume que la única forma para conocer la presencia de dichos números; junto con otros como raíz de 2, 3 y 5; es indispensable poseer un conocimiento matemático mental como en la actualidad
Cuando esto que comentamos no se logra conciliar con el pensamiento materialista imperante, entonces, se recurre a la descalificación hacia el ser humano antiguo, diciendo que no era posible que se tuviera tal grado de avance y que es prácticamente imposible que dicha civilización pudiera conocer dichos números, todo con tal de aseverar y mantener el discurso dominante del supuesto progreso y que el hombre de hoy es más avanzado que sus antepasados, cuando sabemos; y hoy parece demostrarse de forma inequívoca; que es lo contrario.
El otro argumento que se usa para poder mantener el discurso y la mentira, de un pasado involutivo y nuestra supuesta descendencia del mono y la hipotética animalidad del ser humano, es apelar entonces a la casualidad. Que del estudio de las medidas encontremos a π en la gran pirámide es casualidad, que del estudio de la planta del templo de Luxor encontremos a Φ es casualidad, que el sarcófago como la cámara del rey sus medidas nos arrojen la presencia de un triángulo sagrado 3, 4, 5 es coincidencia, que estemos en presencia de raíz de 5 en el Osireion es también otra coincidencia. ¿pero cuantas más coincidencias? Todo sea para no admitir que venimos de un pasado deslumbrante y de caída en caída hemos llegado a la paupérrima sociedad que hoy tenemos y que algunos, de mente poco sana, se sienten orgullosos.
Rene Adolf Schwaller de Lubicz hasta ahora ha sido el único que dio una demostración matemática de cómo era determinada la planta para la construcción del Templo, esta determinación permite, a priori, la incorporación de los números irracionales, que, en términos de Schwaller, – y que es el mismo que uso en mis entradas- , serian conocidos como funciones. No hace falta cálculos complicados, ni determinaciones o teoremas hiperlogicos, solo con la mentalidad funcional y simbólica de los egipcios, y que era común a toda civilización tradicional – menos en la nuestra- se puede diseñar la construcción de maravillas como el Templo de Karnak, Luxor o la Gran Pirámide.

En esta entrada nos proponemos entonces explicar la forma en que era obtenido el plano de un templo, me basaré en el capítulo 8 de la magna obra de Schwaller The temple of the Man para esto. Estaré incorporando traducción de dicho texto (además de algunas imágenes) y haciendo comentarios en los mismo, para hacer entendible y manejable lo que nos legó este gran hermetista, pero también trataré, en lo posible, de transmitir la gran impronta de dicho hallazgo, por el cual permite explicar como las fuerzas formadoras del cosmos son incorporadas en la construcción del templo a través de la superposición de los números racionales sobre las funciones o raíces sagradas ( raíz de 2, 3 y 5), y por último estaré haciendo un breve comentario de como este saber, bautizado por Schwaller como el lienzo, canevás o canvas se encuentra presente en el laberinto de las catedrales góticas, y de como estos se convierten en el símbolo del misterio de la formación de la materia a partir (coagulación) del espíritu
La cuadricula arquitectónica de los constructores del Templo
Es bien conocido que todo el arte y la arquitectura egipcios se basan en un cuadricula, que permitía la determinación precisa de las proporciones y escalas, las cuales eran cuidadosamente expresadas. A diferencia de nuestro sistema métrico decimal, en el Antiguo Egipto durante los imperios Antiguo, Medio y Nuevo el arte egipcio operó bajo las cuadriculas de 19 cuadros y en la Baja Época (periodo tardío) usó el de 22 cuadros, no expondremos el significado de dichos números porque estan fuera del objetivo de esta entrada.
Considerando esto, la arquitectura del antiguo Egipto también operaba en base de una cuadricula, y fue Schwaller de Lubicz quien descubrió esto y aporto la explicación y la forma de su construcción, no solo demostrando su aspecto técnico sino todo lo profundo y metafísico que hay detrás de estas cuadriculas que bautizo bajo el título de lienzo, Canevas o Canvas, nos quedaremos con el ultimo termino para referirnos a esta cuadriculas.
Lo primero que hace de Lubicz es hacer énfasis en que el desarrollo del canvas obedece a una mentalidad diferente a la nuestra, la cual es funcional, totalizadora e intuitiva, y nos guste o no, está por encima de la nuestra, fraccionada, racional y mental. Siendo entonces la egipcia una mentalidad que utiliza una matemática en base a fracciones; y no a un sistema decimal; que intuye y comprende el todo, y no sus partes, la cual hizo uso de los mal llamado número irracionales (a los que Schwaller llama funciones, lo que mantengo en todas mis entradas) Φ, π, raíces cuadradas de dos, tres y cincos, las cuales serian entonces los elementos para formar todos los sólidos geométricos perfecto, pero también para definir y describir todas las posibles combinaciones armónicas. Es a este tejido de interacciones, a este inmenso conjunto de armonías, al que denominamos “el mundo”, en este caso, el mundo físico, que no es sino un aspecto (perceptible) del mundo espiritual. Siendo la clave de este mundo armónico el número, y el medio por el que se puede comprender el número es por la geometría.
“La mentalidad de los antiguos es, como recordamos, geométrica (funcional) y, en Egipto, rechaza siempre la forma erudita que sustituye el concepto mental por los medios gráficos. Se mantiene fiel al sistema fraccionario, rechazando un sistema decimal que necesariamente se aleja de la geometría. El vínculo entre el cálculo fraccionario y la geometría se realiza mediante la notación trigonométrica de 1:n. Esta notación sintetizadora nos permite colocar el canon, la arquitectura y el cálculo en una especie de «telón de fondo» que llamamos canevás (lienzo o canvas), el patrón de cuadrícula de cuadrados utilizado por el Bauhütte [gremio de masones] de los constructores de templos. Podríamos tener la tentación de ver ordenadas y abscisas en los canevas, pero esto no sería en nada la mentalidad faraónica.
Agreguemos otro elemento muy importante [para la construcción del canvas] por la función mística fi (Φ) que permite «la cuadratura del círculo» por el hecho de que π=1,2 x Φ2. Además, esta función Φ es la esencia de todas las matemáticas, ya que define naturalmente la proporción a:b::b:c (donde c representa a+b) y la coincidencia (logarítmica) de la serie aditiva con la geométrica.”
Es así como el canvas es una consecuencia de una mentalidad funcional que hace uso de los constituyentes del mundo físico ( potencias o neterus) expresados por los números o funciones para ser incorporados en este caso en la construcción del Templo, sobre esto Schwaller explica
“El Canvas, que se presenta como una planta sobre la que, de manera infantil, se pueden dibujar figuras, es en realidad una consecuencia. Es el resultado de funciones numéricas, y sólo después se presenta para el juego de razones y proporciones. El propósito más profundo de la existencia de los canvas es que solo podemos razonar con números enteros (n). Ahora bien, si una figuración (como la razón del diámetro de la circunferencia, o la diagonal de un cuadrado) ofrece una imagen finita, se trata en estos casos de razones indeterminables, irracionales. Así, la diagonal del cuadrado 1 es un “n” indefinible pero que debe figurar en nuestro razonamiento como un todo, un n finito”.
Solo para clarificar lo comentado por nuestro hermetista, lo que sucede es que Egipto incorpora funciones que se expresan como numero irracionales, es decir que su valor completo se conoce en el infinito, esto ha llevado al absurdo de algunos a dedicarse a calcular cuantos decimales tiene el número pi π, por ejemplo, barbaridad que solo puede ser hecha en un mundo cientificista y materialista. Al ser el hombre incapaz de hacer uso practico de estos números o funciones debe exponerlos a través de números finitos que si son “manipulables” a través de medidas, las cuales con las respectivas proporciones permitirán la expresión de estos números “irracionales” (funciones) en el Templo, es por este simple hecho lo que demuestra el conocimiento de π; y no solo de este, por ejemplo, por parte de los antiguos y su incorporación en la gran pirámide; el asunto estriba es que el antiguo no usaba ni reconocía a π o Φ en la forma decaída, con el uso de una matemática mental y discursiva, como acostumbramos nosotros sino como un símbolo que debe ser expresado y que será intuido y reconocido por cada uno, no enseñado y repetido -tal loro- en las escuelas y sistemas educativos de hoy.
Por lo tanto, el Canvas nos permitirá construir el Templo con la incorporación de raíz de dos, tres y cinco y quedando oculta, como si de un telón de fondo se tratase, las funciones de un significado más profundo como Φ.
“[…]esta es la tesis biofilosófica hermética que tiene su forma teológica, y también su expresión matemática, en la base geométrica delineada por los canvas faraónicos y por los sabios de todos los tiempos.
Hay una geometría natural y una geometría mental. esta última permite círculos y números absolutos, pero la geometría natural no puede permitir estas excepciones aplicándose a lo fijo y muerto. El impulso a todo movimiento y a toda forma está dado por fi, ya que es la proporción que resume en sí misma la serie aditiva y la geométrica logarítmica. Fi es el impulso para el número entero 5, pero a partir de 5, fi no se puede definir en números racionales. sólo puede definirse a través de la armonía que engendra. A través de la armonía musical, y por tanto sólo a través de nuestra sensación de la música, y no por el razonamiento, podemos conocer la fi absoluta. este hecho indica el camino de la mentalidad faraónica y del verdadero pitagorismo desarrollado a partir de ella. Tenemos suficiente sentido para juzgar la realidad viva. El concepto mental tendría cadáveres, números y formas detenidas. «Supone» invariables como puntos de referencia, pero nada en el universo es invariable. nuestra ciencia obviamente lo sabe, pero todavía cree que debemos acercarnos al conocimiento de la materia con matemáticas mentales, cuando los Antiguos, más sabiamente que nosotros, alcanzaron este conocimiento a través de los principios metafísicos de su teología”.
Poco puedo sumar a esto último. Es importante considerar que el canvas usado para la construcción de Templos por parte de los egipcios, como descubrió Schwaller, eran cuadriculas de 64 y de 88,sin considerar en este momento el significado de estos números lo importante, que quiero destacar, es que más allá del por qué es el cómo se obtuvieron estos dos canvas, lienzos o cuadriculas, y esto obedece a su construcción a partir de Raíz cuadrada de dos y de tres. Pasaremos entonces a explicar su trazado, bastante simple, para luego dar una explicación de la progresión, y de cómo a partir de estas espirales es que se obtiene el plano para la construcción
Construcción del canvas y raíz de 2
La presencia de las raíces sagradas ( 2,3 y5) conlleva a toda una serie de operaciones geométricas que son la base de la formación de espirales y curvas las cuales sirven de modelo para un vasto rango de movimientos universales que van desde las partículas hasta las galaxias.
Podemos empezar con dos progresiones aditivas, aunque en nuestro ejemplo usaremos una sola. Podemos observar cómo esta serie de números puede también ser concebidas como una progresión, expansión o remolino de rectángulos en formación espiral. Nuestro método será comparar la relación entre la progresión emergente desde dos relaciones creativas esencias que son 1:2 y 1: 3. Para obtener esto una serie será considerada como una sucesión de numeradores y otra como una sucesión de denominadores
Para empezar el trazado del canvas y raíz de 2 consideramos la serie 1,2,3,5,8,13,21,34,55[1]. Podemos realizarlo en una hoja cuadriculada o milimetrada, como en este ejemplo
Vamos a ir trazando cada uno de los números equivalente cada uno a un cuadro de la hoja, trazamos numero 1 sombreando el cuadro y de allí partimos

Trazamos numero 2 considerando una línea que quivale a dos cuadros

Hacemos lo mismo con 3y 5 y comenzamos a ver como la espiral empieza a tomar forma

De igual forma vamos con 8 y 13

De igual forma con 21 y 34

Finalmente llegamos a 55 y considerando el trazado de esta espiral justo a su inversa, nos da el canvas de 64 digitos ( fig 6):

Del trazado anterior consideremos que la explicación que nos da Schwaller es que para raíz de 2 se puede hacer un trazado inverso, llegándose a que “… dibujando el desarrollo de una espiral cuadrada sobre una cuadricula con sesenta y cuatro unidades de cada lado y el desarrollo de ocho posibilidades sobre esta superficie el cual llamo “pavimento hierático” esto nace de la espiral 1:2 y seria la proporción presente en buena parte de los pavimentos de los templos en Egipto”, la otra proporción que comentábamos es de 88 unidades .
Debemos hacer énfasis en dos características de estas progresiones de fracciones:
Primero, mientras más avanzamos en la serie hacia números mayores más cercano estaremos a la relación entre el numerador y denominador que se acerca a la inconmensurable raíz de 5 (2,2360679)
Segundo, podemos concebir que esta relación numérica sucesiva como una forma espacial. Es decir., de cuadrados y rectángulos. Para transformar esta serie en una configuración espacial debemos simplemente considerar a 1 como el lado de un área cuadrada, y sumar la sucesión de cuadrados a nuestra figura existente con el lado de cada nuevo cuadrado igual a la expansión precedente, como sigue:
“Notamos un patrón alterno donde los cuadrados de los números diagonales son primero más grandes y luego más pequeños en una unidad que el doble del cuadrado de los números laterales. Además, podemos ver que esta progresión se desarrolla como una espiral. Esta génesis de los números nos acerca cada vez más al verdadero número que sólo se puede alcanzar en el infinito, mezclándose de nuevo con el Origen, con la diferencia o escisión haciéndose más pequeña y menor. Ahora bien, este sistema crea las canevas [canvas] y representa la arquitectura del número, mientras que su progresión espiral nos da su función.
Este constituye el sistema geométrico que nos permite leer números irracionales en números enteros, que se vuelven cada vez más precisos dentro de fracciones infinitesimales. La raíz de 5 a través, de la raíz de 2 y la raíz de 3 se enmarcan en este sencillo principio, que creará la apariencia -a través de las canevas- del «arpa de la armonía» como resultado de estas funciones fundamentales”

En este punto Schwaller hace una aseveración que nos parece necesario comentar, uno de los objetivos del cavas es poder leer números irracionales en números enteros, es decir poder hacer construcciones, geométricas, que pueden permitirnos incluir números irracionales a través del uso de números racionales, lo que obviamente permite toda la destreza técnica necesaria para la construcción, por tanto la incorporación de los principios que corresponde a estos números o funciones es un hecho y queda garantizada si la construcción que se está llevando a cabo se basa en un cavas de proporción 64, 88 o 2:1 como en el caso de las catedrales góticas. Por otro lado, Schwaller clarifica una vez más que raíz de 5 es expuesto por las otras dos raíces, quedando este número como la razón oculta de lo visible en el templo, es decir, raíz de 5 en este caso se expone como el espíritu que es motor de todo lo que se expone en lo creado, es así como se entiende, de forma practica, el concepto ideado, y por él llamado, como fuerza de coagulación astringente (estiptica)[2].
Del número cinco y su cualidad espiritual nos dice:
“ El número Cinco es la quintaesencia que gobierna todo sin que él mismo sea aparente. Es la hipotenusa del triángulo sagrado. […] la función es esencial; es parte del misterio de la acción primordial de la división. Por lo tanto, no puede ser un resultado del número Cinco; Cinco debe ser definido por una acción anterior que muestra este efecto por medio de los números cuyas proporciones son la base de la armonía musical. Estamos entonces en absoluta conformidad aquí con la antiquísima tradición relatada por Pitágoras. La serie de Fibonacci está inscrita en esta serie. La serie de sumas y multiplicaciones es natural, por lo que se impone como consecuencia la serie de Fibonacci que hace manifiesta la función. Las canevas [canvas] nos dan a conocer la serie complementaria de la serie de Fibonacci, lo que nos lleva a ver la raíz del número Cinco como consecuencia de la función y no como generadora de esta serie.”
Hemos visto la construcción del canvas a partir de dos centros y uso de raíz de dos (cuadricula 64) , para no hacer más extensa esta entrada no expondremos el canvas de raíz de 3, lo cual puede ser estudiado en el tomo 1 del libro The Temple of Man . Una vez más raíz de cinco no define un canvas por que al ser esta la progresión dorada o aurea queda manifestada entre los radios de las otras dos espirales ( raíz de dos y tres)
“ La figura así determinada por estos centros es diferente para las tres raíces. Para las raíces de 5 y 2, se construyen las espirales exterior e interior, pero para la raíz de 3 solo es posible la espiral exterior. La última raíz no contiene una espiral interna”.
Por lo tanto, es raíz de 2 y 3 las que definen los dos canvas y raíz de cinco junto con Φ quedan de forma intrínsecas expresadas en él.
El último paso para la construcción del Canvas como menciona Schwaller es “… encontrar los centros de las curvas y de la espiral” eso es lo que permitirá no solo el inicio de la construcción sino el trazado “místico” que expone como la energía espiritual, fuerza de coagulación astringente, que se coagula y condensa para dar formación a la materia. El canvas, entonces, desde un punto de vista metafísico habla de la formación de todo lo sólido y físico a partir de la energía inmaterial, en la esfera o reino del hombre se expone por la capacidad de informar o de dar una utilidad a la materia informe (la piedra) que posee el ser humano y que tiene su expresión en el Templo y su crecimiento gnomónico.
VARIACIÓN DEL CENTRO DE ORIGEN O CORAZÓN DE LA CONSTRUCCIÓN.
“A lo largo de todo el estudio de la arquitectura del Antiguo Egipto, y especialmente en el templo de Luxor, encontramos todos estos números[3] y, al mismo tiempo, muy a menudo encontramos ejemplos de «pivotes» que dan un carácter vivo al conjunto geométrico. Debe haber un motivo detrás de estos pivotes. La operación que rechaza los irracionales en favor de los racionales más próximos queda ahora justificada, ya que, gracias a las construcciones de las canevas [canvas], se pueden leer los números que siguen acercándose a las funciones irracionales, entrando dentro de las cantidades infinitesimales, que, como en el ejemplo de raíz de 2, varían entre +1 y -1 de una fracción que, al crecer, disminuye cada vez más el valor de la diferencia. La base de los pivotes es el juego de la transcripción geométrica de funciones como (a+b)’=d+2ab+b; pero también, como veremos, (a+b)’=4ab+(b-a)’, si b es mayor que a, una fórmula que juega con la suma y la diferencia de dos tamaños desiguales y es la base de numerosas aplicaciones de carácter algebraico desde el Período Antiguo Babilónico”
En el párrafo precedente Schwaller explica la necesidad de pivotes o centros a partir del cual se desarrolla la expansión gnomónica antes explicada, la cual encierra los números de las raíces sagradas ya expuestas, permitiendo la expresión de las funciones o números inconmensurables a través de números finitos. A este respecto Schwaller pone un ejemplo considerando la base diez y de allí partiendo con atenuaciones[1] sucesivas , es decir un cuadrado de área 100, que de lado tiene un valor de 10, dentro de el se dibujan dos áreas más, permitiendo con los cuatro centros obtenidos las manifestación de raíz de 50 a través de raíz de 49, ese ejercicio permite ejemplificar a través del uso de triángulos de proporciones 1:2 y 1:3; como descubrió nuestro hermetista, la presencia de no menos importantes números como 8, 9 y 17, siendo los dos primeros llamados, por Schwaller, como el principio Thotiano, ya que al dios Thot se le conoce como el “maestro del ocho”. El uso de todos estos números nos permite reconocer como se identificaban los centros desde donde partía el trazado del canvas que sirve de base para construcción, Schwaller lo explica de la siguiente forma:
[1] Como explica Lucie Lamy, la aritmética egipcia se basa en atenuaciones y no adiciones, de alli que la medida del volumen sea 64, la misma que unos de los canvas que define el pavimento hierático, su símbolo es el ojo de horus, de esto hablaremos en otra entrada.
“ […] considerando los radios o proporciones 1;2 y 1;3 se producen la formación del triangulo sagrado 3, 4, 5 […] el canvas demuestra un real plan arquitectónicos de números, y desde un inicio podemos observar en la función fi, la proporción armónica, y el triángulo 3, 4, 5 dado como su fundación universal. […] a partir de esto se da el producto de dos extensiones una 8 y otro 9. Estas dos, 8 y 9, evidente aquí, estan relacionada con la armonía musical y estan en el mismo corazón del ‘pavimento hierático’. Esto es el tono en música y también el radio (relación) entre el diámetro de un disco y el lado de un cuadrado de la misma área de superficie[cuadratura del círculo].
La suma de 8 y 9 es 17, el famoso número de Jabir. El cual está asociado con 28 y es el número clave para el ‘balance’(mizan, medida del balance)[5]”.
Mas adelante en el mismo texto, y en el mismo sentido, considerando las longitudes de los triángulos sagrados que se forman en el canvas comenta “ el largo remanente después de la adición de los ángulos es 8+6, o 14, y 14 representa el número de dígitos en la mitad del codo Real egipcio. El radio 8 : 9 es también la Ogdoáda (ocho veces) de los ocho dioses primordiales que dan la gran Eneada. Thoth es conocido por ser “el maestro del ocho” como Atum-RA es el primero de la Eneada Heliopolitana.
Pero debemos también recordar la importancia del triángulo de ángulo 1:7 que deriva de este[…] por tanto la división de la superficie egipcia es echa de acuerdo el principio Thotiano (thoth) por mitades sucesivas o atenuaciones”
Y es con esto en mente que nos permite comprender las siguientes figuras (Fig.8), las cuales son la ejemplificación practica de Schwaller a lo ya expuesto, la atenuación o mitades sucesivas de la superficie nos deja ver como medidas inconmensurables se pueden exponer en números finitos.

Este tipo de diagrama nos permite atisbar el cambio de estado, es decir el paso de una dimensión infinita a una finta, si vemos las sombras dibujadas por Schwaller; que se forman al incorporar el triangulo 1:7; nos parece que de forma indirecta se dibujara una esvástica,- sea por casualidad o no- el que tenga parecido con una esvástica tiene todo el sentido, dado que uno de los significados mas profundos, de orden espiritual, de este símbolo es el del cambio de estado, es decir el paso de un estadio del ser a otro, que es en definitiva lo que hacían los antiguos egipcios en sus construcciones, entre otras cosas, exponer el paso del estado funcional o espiritual al estado de la forma o contingencia, es decir la ejemplificacion esa Capacidad astringente que posee el espíritu y que da lugar a la materia. Todo esto fue redescubierto y expuesto por Schwaller en su magnus opus.
Es a través de la división de la superficie considerando los números 8,9 y el triángulo de relación 1:7 en que Schwaller consigue explicar los cuatro pivotes presentes en toda construcción (Templo de Luxor) del templo, y de esa forma se puede construir el canvas de 88 dígitos, a partir de las relaciones 1:2 y 1:3 ( raíz de 2 y 3) ver figura 9 .

Una de las cosas que llama poderosamente la atención es que esto correspondería a toda construcción sagrada, a diferentes escalas o radios que van cambiando conforme a las épocas, y esto se hace evidente cuando Schwaller demuestra que los laberintos presentes en Chartres y Reims caben y coinciden perfectamente dentro del Canvas de 88 dígitos (fig 10), por las proporciones arquitectónicas de dichas catedrales es evidente que esto no es una coincidencia sino que aquellos constructores del medioevo conocían y obedecían a las mismas reglas del canon de construcción tradicional de todos los tiempos y que tiene su culmen en los Templos Egipcios

Breve comentario sobre la razón del laberinto considerando el canvas como el área de construcción sagrada.
Luego de lo expuesto, nos preguntamos ¿Que nos puede estar expresando, a nivel metafísico, la construcción del templo haciendo uso del Canvas, y la definición de la cuadricula para la construcción, y consigo la obtención de los pivotes para la ejecución física del posicionamiento de las piedras talladas?
Ya lo esbozábamos en los párrafos precedentes, el canvas seria el unico medio que permite expresar el uso de las raíces sagradas, o funciones, a través de números racionales lo que simbolicamente significa la incorporación de las fuerzas o neterus en la materia, por tanto, es la recreación de la coagulación del espíritu que, en el inicio de los tiempos, dio y da lugar a la materia. Al observar el canvas (fig 6) se hace importante resaltar y establecer que el cierre, o formación del cuadrado, se hace en la novena espiral (noveno giro), contando la unidad, o en la octava al hacer la construcción del mismo considerando espirales opuestas (fig 9) que parten del mismo lugar. En este orden de ideas se presenta un significado clave y que Schwaller asimila a la serie de números con el canon de dioses egipcios como sigue:
“[…]Asi mismo, la primera unidad de la serie 1,1,2,3 etc. ya no aparece en estas espirales, lo que nos permite plantear

«Nun es el primero, Atum crea la Ogdóada, que junto con él mismo constituye la enéada. Siendo la última relación 76:55= 1,381966.. o 1+1/Φ2 o de nuevo √(5∕Φ)
Pero en total solo hay un total de 8+9 números, es decir 17, el famoso número de Jabir, cuyo origen hasta ahora se desconocía.«
Es así como Schwaller explica el trasfondo de la construcción del canvas de 88 digitos a través de los números, siguiendo las dos series, externa e interna, se observa la incorporación de los nueve neterus o la eneada es decir, de nuevo, la accion del espíritu que permite la manifestación del mundo físico, es decir el ser humano, como un medio, puede servir para imitar la creación en el proceso de definición y levantamiento del Templo, que bajo esta perspectiva deja de ser una simple construcción para convertirse, como hemos hablado en otras entradas, en un modelo del hombre perfecto y del universo.
Y esto es claramente inevitable y de esta manera lo expone nuestro hermetista:
«Mencionemos nuevamente que para dibujar nuestras figuras estamos mental y prácticamente obligados a comenzar por el corazón. En la génesis natural, por el contrario, la función se mueve del exterior hacia el interior, como el espíritu cuando se concreta en la materia. Se trata aquí de un torbellino esférico cuyo volumen es imposible de objetivar o distinguir, sino por los números impuestos por la razón.«
Por tanto, los números, en este caso las funciones, raíces sagradas, se imponen y bajo el uso de los canvas solo y únicamente podemos construir Templos y Catedrales y no edificio de vivienda u otros similares que hoy son pretendidamente usado como iglesias o lugares de culto, lamentablemente construcciones de hoy día en donde no se respira la presencia del Creador.
Por último, quisiera comentar como el laberinto se convierte en clave simbólica y funcional del misterio de la formación de la materia a partir del espíritu. A este respecto rescatamos de nuevo la siguiente frase “se trata aquí de un torbellino esférico cuyo volumen es imposible de objetivar o distinguir, sino por los números impuestos por la razón.” Como veíamos los laberintos de Chartres y Reims caben y coinciden en su corazón y ochopivotes en el canvas de 88 dígitos, prueba irrefutable que la clave de construcción y la lógica para la incorporación de las funciones o números irracionales usada fue la misma por el hombre del medio evo y del antiguo Egipto, por tanto el torbellino esférico es retratado o fijado en el laberinto, el cual entonces seria símbolo de la fuerza de coagulación estiptica o Capacidad astringente; como bautizo Schwaller al fenómeno que es simplemente la formación de la materia a partir de la densificación del espíritu. Es decir el laberinto nos está mostrando como en el viaje al centro del mismo, esta fuerza del espíritu, se condensa en la materia y la salida del mismo conlleva lógicamente a la “des-densificación” de la misma por tanto la sublimación del cuerpo, que es al final, como expuso claramente nuestro hermetista, el objetivo no solo de la alquimia sino de la ciencia faraónica, llamada por Schwaller Al-kemi, es decir la singularidad de los opuestos que conlleva a la incorporación del espíritu y la sublimación de la materia en un solo estadio de conciencia el cual su ejemplo viviente no es otro que el Antropocosmo es decir Jesucristo. Bajo esta perspectiva era claramente lógico igualar el recorrido de estos laberintos dibujados en los suelos de las Catedrales con la peregrinación a Jerusalén.
Ahora sí, para finalizar, como forma anecdótica, vemos como los circuitos integrados en los chips siguen el mismo patrón que el canvas de 64 y88, este pequeño lienzo sirve para el mismo propósito que en la arquitectura sagrada que no es otro que la transmisión de energía, en este caso en forma de información, que utiliza el mismo medio que el Templo, que es aquello que hoy se llama campo eterico, esto a pesar que la ciencia moderna cree que la información viaja en los electrones cosa que desde el punto de vista de la física del éter es imposible. Por tanto, los neterus, potencias o fuerzas, dioses, se siguen manifestando y se imponen como modelo a seguir por el hombre en sus desarrollos; sea solo en la actualidad desde la técnica, y esto mas alla de la posibilidad de ser concientes o no de sus diseñadores, lo que quiere decir que la función de cocreador del ser humano continua y pervive a pesar de lo decaído y funesto de nuestro mundo. Las fuerzas y la accion mantenedora y creadora, del Artista Creador, sigue actuando incluso a través de aquellos que se creen muy ateos y buscan desarrollar cada vez más artilugios tecnológicos

Jhon Carrera
[1] Siendo la secuencia completa:

[2] Capacidad astringente: esto se relaciona a la capacidad que tiene el espíritu de manifestarse o «condensarse», como dirían los alquimistas, en la materia. Schwaller sostenía que exaltar la calidad de un fenómeno es exaltar la fuerza que coagula o concreta su espíritu subyacente o energía en un cuerpo; con el tiempo, la actividad continua de esta «fuerza de coagulación astringente» actúa para refinar y definir el cuerpo creado. Schwaller describe un proceso de concreción espiritual en el que la energía «sin nombre» o «no polarizada» (sinónimo de espíritu) se define a sí misma espacialmente y es esta una de las razones ultimas de la construcción del Templo, lo que hoy muchos llaman manifestar el Espíritu .
[3] Se refiere a raíz de 2, 3 y 5, y por tanto Φ
[4] Como explica Lucie Lamy, la aritmética egipcia se basa en atenuaciones y no adiciones, de alli que la medida del volumen sea 64, la misma que unos de los canvas que define el pavimento hierático, su símbolo es el ojo de horus, de esto hablaremos en otra entrada.
[5] “el uso de la balanza en alquimia implica la existencia de proporciones correctas de las cualidades en los metales. Cada metal tiene dos cualidades exteriores y dos interiores: por ejemplo, el oro es interiormente frío y seco, y exteriormente caliente y húmedo; la plata es todo lo contrario… Cada cualidad tiene cuatro grados y siete subdivisiones, o en total veintiocho partes. Según Jabir, todo en este mundo existe por los números 17, divididos en la serie 1:3:5:8. Asigna cada una de las veintiocho partes de las cualidades a una de las letras del alfabeto árabe, y basa la división cuádruple en la serie 1:3:5:8. Las naturalezas opuestas de los metales están en una proporción de 1:3 o 5:8, o viceversa». Nasr. S, Science and Civilization in Islam.