Comentario a los Grafitis templarios del Torreon de Chinon ( Parte II)

Representaciones y herejía.

Parece existir en los grafitis de la torre algunos que pueden tacharse de fuera de la ortodoxia, ¿pero estos serían necesariamente prueba irrefutable de la herejía en la orden? Pienso que la respuesta es negativa, pero nada nos impide revisar el asunto.

Tres manos abiertas:

En la parte superior de la piedra en donde está la representación del monje caballero ( santo) así como las figuras a un lado que parecen estar separada de la otra por una doble línea que se eleva que, sin embargo, no puede confundirse con un báculo pastoral, la forma en caída de este objeto aparece reflejadas unas manos abiertas, así como en la parte baja en la piedra a un lado de aquella que parece representar al corazón radiante (ver figura 1). ¿ que pueden significar estas manos? Dejemos que sea Charbonneau quien nos explique:

“la mano abierta representada tres veces y que bien podría ser un signo talismánico tomado por los Caballeros Templarios de las costumbres orientales. […]Sé que en los “trofeos de la Pasión”, desde el siglo XIV al menos, en todo Occidente una mano extendida recuerda la bofetada recibida por Jesús de parte del criado del Sumo Sacerdote (Jn. XVIII, 23). Pero en el grafiti de Chinon la mano abierta, que se repite tres veces fuera de la proximidad de los instrumentos de tortura de Jesús, no puede tener ninguna relación con la Pasión. Por lo tanto, sólo puedo considerarlo como un talismán, el “amuleto de la buena suerte” oriental, y la presencia de un signo supersticioso en medio de las expresiones más vivas de la piedad cristiana, en una obrade principios del siglo XIV, no es un hecho tan extraño que debamos rechazarlo como inverosímil.”

Figura 1

Cruz sin Cristo:

Todas las cruces representadas en los grafitis ninguna presenta a Cristo, si bien esto no ha detenido la atención de los investigadores, estudiosos, y especuladores del asunto templario, para Charbonneau-Lassay tendría esto una razón válida de ser:

“ Que la cruz acompañada de los Instrumentos de la Pasión, sin la imagen del Salvador, está representada cuatro veces; y quien estudia la tradición chinonesa puede preguntarse si no hay en esta repetición una protesta, una señal de arrepentimiento o un acto de reparación respecto a las profanaciones de las que fue objeto la cruz entre los Templarios, como sabemos por ciertos documentos.

“En efecto, si varios de ellos llegaron a negar la divinidad del Salvador, otros, en concordancia con los bogomilos, los cátaros y los luciferinos, se limitaron a insultar a la Cruz pisoteándola y escupiéndola, considerándola sólo como un vergonzoso instrumento de tortura que un iniciado debía aborrecer. Estos sacrilegios se cometían en muchas encomiendas, especialmente en los días de recepción de los nuevos caballeros. En algunos, incluso, Cristo era representado ostensiblemente en actitud de crucificado, pero sin cruz visible; así aparece en una piedra esculpida de la encomienda de Montgauguier (Vienne) y en otra de la encomienda de Eunate, en Navarra ( ver figura 3)”

Es importante resaltar la asociación que hace Charbonneau entre las representaciones de la cruz y el arrepentimiento o acto de reparación, a pesar que no solo los dignatarios; muy a pesar de su contradicción, sino el resto de los caballeros insistieron en la inocencia de la orden, es reconocido por el mando de la misma que habían comportamientos que chocaban con el estipulado a la regla de la orden, por tanto el suplicio por el perdón también estaría siendo clamado desde los símbolos de los trofeos de los instrumentos de la Pasión.

Figura 2

Por otro lado está el señalamiento de algunos de negar la divinidad de Cristo, varios autores [1] estan de acuerdo en que existió dentro de la orden un grupo, mínimo, que estaban en prácticas desviadas de la ortodoxia, algunos podrían haberse visto influidos por el nestorianismo, mientras que otros de corte luciferico estarían emparentados con bogomilos y por su puesto con Cataros, los cuales harían el denunciado gesto de negar la cruz dentro del ritual de iniciación, practica esta que de acuerdo algunas declaraciones fue introducido por un tal maestre de nombre Rocelin[2], maestre que no figura en ningún registro y que algunos han llevado a emparentar con el nefasto Gerard de Riderfort. En otro orden de ideas es importante considerar que la gran cantidad de casos que comentan la presencia de un ídolo barbudo se dio en las encomiendas presente en las tierras en donde la herejía catara estaba presente, como expone Barbara Fralé, al ser este ídolo la sábana santa y algunas réplicas de esta, y que al ser mostrado ante los caballeros buscaría mostrar la evidencia de la existencia carnal de cristo y esto como misión de evitar el error cátaro y docetista la negación de la carnalidad de cristo, esto entraría en total sentido al considerar lo comentado por Charbonneau.

Figura 3 Piedra esculpida se muestra Cristo en actitud de crucificado sin cruz – iglesia de encomienda templaria de Eunate -Navarra España

El corazón radiante

No cabe duda de que el grabado que es figura central ( ver figura 4) en estos grafitis es aquel que representa lo que parece ser un corazón radiante y a su lado la figura de una persona que parece adorarlo.

Charbonneau nos hace saber que se presentaron la dudas de si esta representación habla de un corazón; incluso llega a ser interpelado y decírsele que puede tratarse de un escudo, pero el conocimiento en la ciencia heráldica permitió a nuestro erudito dejar claro y sin dudas que si es un corazón, que sería la representación del corazón de nuestro señor Jesucristo y que estaría envuelto en rayos y que aquel que parece adorarle no sería otro que la representación del mismísimo San Bernardo.

La explicación de Charbonneau empieza a desarrollarse en dos aspectos, primero en que no puede ser la representación de un escudo ya que los rayos estarían fuera de él y además porque “Un escudo radiante, en el que no se ha colocado ninguna figura, ningún signo, ningún emblema –pues la superficie cóncava ha sido alisada con extremo cuidado– no tendría ningún significado posible; entonces, un escudo representado en hueco no tendría, no podría tener esta forma extraordinariamente cóncava”

Segundo, ese corazón seria el centro, el lugar de la emisión de esos rayos, y que eran usados en heráldica, entre otras cosas como símbolo de amor y ardor, un fuego que no consume, “En la antigua heráldica francesa tan claramente expresiva –y el grabador de Chinon estaba penetrado de ella– los rayos eran tan claramente el emblema propio de la gloria así entendida, y, sobre todo en una composición religiosa, de la gloria celeste, que las Cruces radiantes llevan, en el lenguaje tan revelador del blasón, el nombre de Cruces divinas”.

Y a partir de esto nos da las características finales y propias de dicho corazón que serían, en forma resumida las siguientes:

1)corazón radiante grabado en Coudray tiene más que ver con la antigua ciencia heráldica que con cualquier otra rama del saber humano.2) Que, en el conjunto del grafiti, donde todo es oración ardiente, súplica y arrepentimiento, se afirma este corazón como más gloriosamente honrado que la lanza y los clavos, que la misma Cruz y los Santos. 3). Que al ejecutar su obra el autor pensó ciertamente en la herida del costado de Jesucristo, ya que en dos lugares ha colocado la punta de la lanza a la altura donde estaba la herida, y que se llama la atención sobre ella mediante un signo expresivo en la asta de una de las cruces. 4). Finalmente, que este corazón, radiante de gloria, es contemplado o rezado por una figura cuyo carácter de santidad está claramente indicado[3].

Figura 4- grabado principal de los grafitis de Chinon, muestra a un monje con nimbo adorando a un corazon radiante

Y de esto último Charbonneau avanza de la siguiente forma, primero comentado que las figuras de lo que parecen ser santos, recordemos que los cuatro personajes representados todos tienen nimbos, insiste que pueden ser del cister orden hermana del temple, comentado que esta opinión es expresada por Abades de las grandes abadías de Francia en aquel momento. Además, hace énfasis en que el autor, que quiso representar expresamente a santos, estaría entonces muy probablemente inducido a representar a San Bernardo <<que fue legislador y gran amigo de la Orden del Temple, ¡entonces tan idealmente bella! y su defensor cuando, en el Concilio de Troyes, en 1128 recibió la aprobación canónica de los Padres reunidos y del Legado Papal. Además, el Temple siempre mantuvo un especial culto familiar y una ostensible gratitud al santo fundador del Císter, al menos en las encomiendas que escaparon a los desórdenes de la decadencia. Oficialmente, este agradecimiento se manifestó en este pasaje del juramento que los Grandes Maestros del Temple pronunciaban cuando eran elegidos: ‘No negaré… especialmente a los monjes del Císter y a sus abades, por ser nuestros hermanos y compañeros, ningún tipo de ayuda…’>>. Aunque hipótesis, lo que expone Charbonneau reboza de lógica, y más considerando la situación en que se encontraba el temple, a quien recurrir sino aquel que hizo un verdadero trabajo propagandístico entre 1137 y 1138 para dar a conocer y logra la aprobación canónica que daba completa legalidad a la naciente orden, a quien recurrir sino al mismo San Bernardo, esto también puede tener un aspecto de reminiscencia, no es para nadie ajeno que ante momentos adversos el ser humano siempre recuerda un pasado mejor. Y Charbonneau concluye, desde mi punto de vista, de forma contundente y para que no quede dudas de la identidad de aquel adorador del Sagrado Corazón <<Y sería por este patronazgo real de San Bernardo sobre su Orden por lo que el autor del grabado lo habría representado contemplando el Corazón de Jesús, del que fue uno de los primeros glorificadores en la Iglesia terrestre, como pidiendo al santo Abad que fuera el Intercesor ante el Corazón misericordioso>>[4].

Conclusiones

¿Qué podemos entonces concluir de lo expuesto? ¿ es el temple verdaderamente herético?, dejemos primero las conclusiones de Charbonneau para luego aportar mi punto de vista.

Las conclusiones de nuestro erudito son básicamente aquellas que se desprenden de los hechos históricos, en cuanto a la indudable presencia de los dignatarios del temple en Chinon, pero también que el diseño de los grafitis corresponden al siglo XIV, además estaba el resumen de las imágenes que constituyen el grafiti siendo todas estas de motivos católicos, con descripción de los instrumentos de la pasión, imágenes de santos, e incluso la representación del sagrado corazón siglos antes de su culto oficial por parte de la iglesia. Pero además hay un aspecto piadoso en a la representación y es aquel relacionado sin dudas a la solicitud de perdón, Charbonneau lo expone de la siguiente forma:

<<La tradición local que atribuye a los Templarios, cautivos en 1308 en la torre donde se encuentra, el grafiti del torreón de Chinon […]. Lo que podemos entender de los más importantes de entre ellos está de acuerdo con esta tradición; nada parece contradecirla. La paleografía de los caracteres escritos encontrados también indica una fecha que coincide con la de la presencia de los jefes del Temple en Chinon. Este hecho, aparte de la presencia de los Templarios, bastaría para atribuir el conjunto grabado a principios del siglo XIV.

El grafiti de Chinon se compone principalmente de imágenes de la Cruz, de los Instrumentos de la Pasión del Salvador, de personajes que son santos, de una fórmula de arrepentimiento y de la imagen[…]de un Corazón colocado en el centro de una gloria de la que salen rayos.

Este Corazón, a causa del atributo glorioso que lo rodea, de su conexión con la herida lateral de Jesús “crucificado” claramente evocada junto a él, y de la contemplación que le concede un santo, sólo puede ser la imagen del Corazón de Jesucristo.

Este corazón glorioso nos sorprende por la época a la que se remonta; sin embargo, no está en contradicción con lo que podemos saber sobre los sentimientos de la piedad cristiana de principios del siglo XIV hacia el Corazón de Jesucristo.

En la actualidad –aunque la duración de su anterioridad no es en absoluto segura– esta representación del Corazón redentor es la más antigua conocida en Francia.

Sean cuales sean los descubrimientos posteriores, el Corazón glorioso de Chinon seguirá siendo uno de los más conmovedores, en razón del origen trágicamente histórico que se le puede asignar, y por lo que podemos entender de los sentimientos expresados en torno a él>>[5].

No es mucho lo que yo puedo sumar a lo magistralmente expuesto por Charbonneau, la verdad es que la duda que se cierne es ¿saber a ciencia cierta si la orden era hereje o no?, y por el testimonio que da estos grafitis, como otra declaración escrita, sustraída a los templarios sin ningún tipo de coacción directa; por lo tanto, desde mi punto de vista, no hay ningún trazo de herejía o falta a la ortodoxia. Pero a pesar de esto no se puede negar la desviación de varios de sus miembros, junto con la perdida del objetivo de la orden del Temple – la salvaguarda del peregrino y los santos lugares – ­ ambos aspectos que parecen olvidados por parte de la orden, como la relajación en el seguimiento de la regla y aparentemente de las costumbres, y lo segundo al presentarse como un hecho indiscutible desde 1291, con la caída de San Juan de Acre, lleva, por fuerza, a que el temple sea cuestionado y a posterior llevado a juicio, no sin razón, incluso pudo ser esto lo que empujó a los dignatarios de la orden a confesar, ante los cardenales legados del Papa, las “malas costumbres” y errores dentro de la orden, pero no así sustentar y aceptar la pretendida culpabilidad de la orden. Esta son dos cosas distintas, y que es en lo que se basa ese documento – que no llego a ver la luz como una bula- y que conocemos como el pergamino de Chinon[6], en el cual el papa Clemente V da su perdón a la orden – en la siguiente entrada cuando hablemos de los grafitis de Domme veremos cómo los templarios reaccionan al enterarse de la supresión de la orden considerándose a esta como culpable – de cara a los templarios la orden siempre fue inocente y Santa, solo esto es entendible cuando nos enmarcamos en el espíritu caballeresco del siglo XII y XIII. Por el momento concluyamos que lo que sí se expone en estos grafitis son símbolos de perfecta ortodoxia, angustia y representación de la desesperación por la búsqueda de perdón, este podría ser entonces el instante en que Jacques de Molay y los suyos comprendieron que estaban en manos del Rey y que el perdón ya no era opción, pero aún persiste la duda ¿a qué culpa se refieren los dignatarios para pedir con tanta insistencia perdón? ¿ será al sentimiento de no haber defendido a la orden como se debía?

Figura 9. La torre de Coudray en la actualidad, castillo de Chino- Francia

Parte I

Jhon Carrera

[1] a este respecto podemos señalar a Regine Pernoud, Gonzalo Maritnez Diaz, Alain Demurguer, Edouard Perroy y un largo etcetera

[2] (Lamy, 2004) La otra historia de los templarios

[3] (Charbonneau-Lassay, 1922)

[4] (Charbonneau-Lassay, 1922)

[5] (Charbonneau-Lassay, 1922)

[6] El cual se redacta entre el 16-20 de Agosto de 1308, en fechas de la estadía de los dignatarios del temple en la torre de Coudray, y que nos deja con la certeza de que el Papa cedió a las presiones de Felipe IV y que por otro lado el documento fue redactado considerando las confesiones de Jacques de Molay y sus dignatarios en 1308 en Chinon y que servirían para salvar a la orden.

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