Si hay uno de los animales fabulosos que presenta un simbolismo inequívoco de la unión de las dos naturalezas (volátil y fija) ese es el Grifo, el cual por este mismo aspecto se relacionó con el Verbo en su encarnación, y es a partir de allí la razón por la cual este animal puede ser identificado en capiteles del románico, como en el escudo de la sabiduría en el portal septentrional de la catedral de Chartres, veamos entonces el simbolismo que esconde este animal biforme, como le llamo Dante.

Algunos son los eruditos que han creído que los grifos nacieron en el pensamiento de los maestros de aquella antigua Asiria, y que a partir de allí se esparciría por Caldea hasta llegar a Babilonia, de las mas antiguas esculturas caldeas nos muestran a grifos que acosan a gacelas o a otros animales todos esto teniendo el aspecto que quedaría ya fijado desde entonces, o que quizás sea más antiguo.

Se especula del carácter que teína el Grifo en las más antiguas civilizaciones conocidas, aunque profundos estudios dejan atisbar su carácter “ El grifo y toda aquella legión de animales monstruosos representados en el arte oriental no eran meros derroches imaginativos, sino que tenían un significado simbólico: era un emblema y tenía carácter religioso”[1]. Parece ser que fue en Grecia y en Roma en que el papel simbólico más conocido que las ideas religiosas atribuyeron al grifo fue hacer de él el guardián de las tumbas. Pero por otro lado entre los griegos hicieron del grifo un animal de luz “es la causa por la que a veces esta sentado a los pies de las estatuas de Apolo, como se ve en la bella estatuilla de bronce de Dresde”[2].
Pero falta saber si ese carácter de animal de luz no lo tomaron los griegos de antiguas leyendas orientales, es conocido que en aquellas regiones se decía que el grifo bebía una llama de la copa de los pireos, por otro lado se decía en India, de acuerdo a Shliemann, que los grifos estan enganchados al carro del Sol, por otro lado tengamos presente que es justo en la India en donde nuestros antepasados, en la edad media, ubicaban el hogar de dicho animal.
Otra relación que daban los griegos al grifo, a causa de su asociación con Apolo, fue la de ser guardián vigilante e invencible de los tesoros de este dios, dejándonos así el “…concepto mas elevado , lo consideraban guardián, también, de los caminos de salvación”[3] y será este ultimo aspecto el que lo relacionará más de cerca como una figura de Cristo. Por otro lado, y en este mismo sentido se decía que el grifo combatía a las colosales hormigas, al ejercito de gigantes arimaspos o, y es lo más significativo, a las serpientes y dragones, este ultimo caso usado por los monjes medievales para representar la victoria de Cristo sobre el mal, como aparece representado en capiteles de las iglesias o catedrales del románico.

El carácter simbólico del Grifo en el Medioevo
En la edad media, el simbolismo cristico del grifo se precisa y se afirma innegablemente “ en esa época, los monjes cultos sacaron del olvido la antigua leyenda de los grifos que tiraban del carro de Alejandro y los artistas esuclpiero aquella escena en los clautros y ene l decorado de las iglesias”

Esto daría una posible explicación a la aparición del romance de Alejando Magno en aquellos siglos y que tendría el significado simbólico de “ al representar así al grifo elevando al cielo a Alejandro, pese al fracaso de su audaz empresa, es imagen del alma arrebatada hacia Dios por el animal leoaquilino… La mística cristiana de la Edad Media veía en todos los animales psicagogos, es decir, los que llevaban las almas al cielo, otro tantos emblemas de Jesucristo, Salvador de nuestras alma que, tras haber hecho posible su salvación mediante la efusión de su sangre, eleva desde aquí abajo nuestros espíritus hacia las regiones celestiales”
Es así como en el grifo podemos tener entonces el protector de los caminos celestiales y como emblema de Cristo elevando las almas hacia Dios Padre. Y es en este ultimo aspecto en donde se presenta el grifo como emblema de la doble naturaleza del Verbo. Al reunir en sí las dos naturalezas, la del águila y la del león, “ el grifo es uno de los más satisfactorios emblemas de la doble naturaleza de Cristo… Aquila, Christus… Leo, Christus”[4] “ dice la llave de San Malitón; el busto de águila representa la Divinidad del Salvador, y el cuerpo de león, que toca la tierra, representa su humanidad; si la edad media relaciono alegóricamente la persona de Jesus con el grifo fue sobre todo por este simbolismo”[5]. Mismo simbolismo que sirve para exponer etapas de la obra alquímica que en nada es casual también es homologado a símbolo cristico sobre todo en caso de manuscritos alquímicos del siglo XVII
Por otro lado, el gran poeta Dante aceptó el simbolismo cristico del grifo. Así describe al “animal de doble naturaleza… bestia biforme, de cuyas alas se extendían más allá de donde alcanza la vista”[6] lo describe en su parte en forma de águila con miembros de oro, y su otra parte como blancos mezclados de purpura, lo que no son colores para nada casuales. Por otro lado, el Poeta saluda al sublime animal “ Bendito seas, ¡Oh Grifo!, tú que con tu pico no desgarras ese árbol[7] de dulce sabores desde que el cuerpo humano, ilícitamente alimentado de sus frutos, fue entregado a los tormentos”.
También en el medioevo se considera a este animal como emblema de la Sabiduría, es en la catedral de Chartres en donde se personifica a la sabiduría con un escudo en donde figura un grifo. De la escuela de Chartres hay unas consideraciones del simbolismo del grifo, que puede extenderse a todo el medioevo, y que es importante de tener en cuenta: “[…] el cuerpo de cuadrúpedo terrestre y leonino del grifo es la Materia, y la fuerza rectora de la materia, la cabeza de águila es el Espíritu; ¿no es acaso el águila, en la simbología profana, el emblema del genio?… en el animal de doble naturaleza es el cuerpo terreno el que lleva y sirve al órgano del pensamiento, de la meditación y de la contemplación; así, el Espirtu domina, dirige la fuerza material; <<es la primacía de lo espiritual sobre lo material>> tan ensalzada por el espíritu medieval; es la sabiduría cristiana que viene totalmente de Cristo, que es su principio y su todo”[8]
Por ultimo entre las bellas leyendas que se contaban en la edad media sobre el grifo esta aquella que lo hace guardián de tesoros, en este caso de la esmeralda, Margonio de Rennes dice “ el grifo guarda la Esmeralda, y para conquistarla es preciso que el Sármata combata al terrible animal”.
Por otro lado, Jean de Cuba comenta “ las esmeraldas son halladas y tomadas de los nidos de los grifos, y guardan esta piedra con gran crueldad”[9].
Es así como se describe lo que la simbología cristianan en la edad media adopto la antigua ficción de la esmeralda y el grifo, la cual entronca hasta cierto punto con la leyenda del Grial “ de las concepciones que le añadió sabemos tan solo que, así como el rubí se le atribuyo el simbolismo de las sangre física del corazón y las venas de Jesus, a la esmeralda se le atribuyo el simbolismo de esa misma sangre redentora considerada en la Eucaristía, porque, decían, la copa en la que Jesús consagro el vino durante la cena, diciendo sobre ella << esta es mi Sangre>> estaba hecha de una enorme esmeralda tallada. Es el santo Grial de los cantos épicos de nuestros abuelos, hecho, dice el romance de la tabla Redonda, de una esmeralda caída de al frente de Lucifer el día de su rebelión, es la Santa Copa de Génova, indisociablemente antigua, pero hecha de pasta de vidrio verde, tomada por mucho tiempo por esmeralda”[10].

Esto que resumimos es no mas que la pervivencia del Símbolo, para aquellas civilizaciones de corte tradicional, en donde se reconoce la simbología, la cosmología y la metafísica de la creación se puede transducir los símbolos sin caer en temas de sincretismo ni plagio, siendo estos dos últimos argumentos los más burdos, a los que se puede alegar, y que demuestra una gran ignorancia de aquellos, sean estudiosos con títulos universitarios, que se atreven a repetir que el Cristianismo plagió o usó el sustrato pagano para su beneficio, con esto demuestran tan solo la sociedad sin alma en la que vivimos en donde el simbolismo ha sido desplazado, degradado o invertido, acusando a todos a los que adversan, sobre todo al catolicismo, de los peores pecados que ella misma profesa como son el hurto, la mentira entre otros.
Jhon Carrera
[1] (Charbonneau – Lassay, 1997) El Bestiario de Cristo
[2] (Charbonneau – Lassay, 1997)
[3] (Charbonneau – Lassay, 1997)
[4] (Charbonneau – Lassay, 1997)
[5] (Charbonneau – Lassay, 1997)
[6] (Dante)purgatorio canto XXIX
[7] El arbol de la ciencia del bien y del mal que comió Adan y Eva en el Edén
[8] (Charbonneau – Lassay, 1997)
[9] (Jean de Cuba) Hortus Sanitatis
[10] (Charbonnea Lassay, 2020)The Vulnerary of Christ